La postura del Ejecutivo, evidenciada el martes ante la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados, en torno a la solicitud de Coihueco y Quillón de cambiarse de provincia -en el marco de la discusión del proyecto que crea la Región de Ñuble-, fue clara: defenderán la propuesta original hasta el final.
Argumentos como el equilibrio territorial y demográfico, y la necesidad de potenciar a las comunas rezagadas del Itata, fueron esgrimidos por la jefa de la División de Políticas y Estudios de la Subdere, Viviana Betancourt, postura que generó preocupación entre los representantes de ambas comunas y los parlamentarios integrantes, quienes empatizaron más con las propuestas presentadas por los alcaldes, ligadas a la funcionalidad, distancia y pertenencia a los distintos territorios.
Además de las razones de carácter técnico, el Ejecutivo planteó un argumento político: al encontrarse el proyecto en el segundo trámite legislativo, si se quieren modificar los artículos 1 y 2, se debe ingresar una indicación por parte del Ejecutivo que si es discutida y aprobada en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, por ser esta una instancia revisora del Senado, deberá devolver a la comisión pertinente en el Senado (Gobierno Interior) los artículos modificados. De haber reparos en esta última, la iniciativa pasaría a Comisión Mixta.
Escenarios
Pese a la postura firme del Gobierno, el análisis de los cuatro escenarios (sin cambios, con ambos cambios, cambiando solo a Coihueco y cambiando solo a Quillón), advierte que trasladando solo a Coihueco desde Diguillín hasta Punilla, se puede observar un equilibrio territorial de la futura región, restando supremacía a la futura Provincia de Diguillín, que concentra una gran cantidad de población y superficie. Según el documento, “es el escenario más auspicioso”.
Por el contrario, permitir el cambio de Quillón de Itata a Diguillín, generaría una merma en la futura Provincia de Itata, al perder una comuna de casi 17 mil habitantes, considerando que es territorio rezagado en su totalidad. “Se produciría un gran desequilibrio territorial en la futura región, sumando una nueva comuna a Diguillín, en desmedro de la futura Provincia de Itata, que es una zona rezagada. Es el escenario menos auspicioso”, se sostiene en el informe de la Subdere.
Los argumentos de las comunas
“Es un sin sentido, parece que el esmog le está afectando a la gente de la Subdere”, sostuvo el alcalde de Quillón, Alberto Gyhra, tras conocer la postura del Gobierno frente al tema.
“No conocen nuestra realidad. ¿Cómo nos van a mandar a hacer nuestros trámites a Quirihue? Aquí va a haber un levantamiento popular”, advirtió el jefe comunal, quien recordó que la distancia entre Quillón y Bulnes es de 14 kms., y entre Bulnes y Quirihue 116 kms. “No existe ningún medio de locomoción. Además, está la dependencia actual en cuanto a servicios. No tenemos juzgados, dependemos de Bulnes; no tenemos fiscalía, la competencia está en Bulnes, etc.”, manifestó.
En tanto, el alcalde de Coihueco, Carlos Chandía, planteó personalmente ante la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara la inquietud de su comuna.
“En un momento, cuando se hicieron las consultas y encuestas sobre la futura distribución geográfica, Coihueco iba a estar en la Provincia Cordillera, cuya capital sería Chillán. Después apareció en Diguillín, capital Bulnes, ciudad de la cual nos separan 50 kilómetros, en circunstancias que estamos a 15 minutos de San Carlos por un camino interior. Además, pertenecemos desde 2001 a la Asociación Punilla, hemos trabajado temas comunes, como el paso fronterizo Ñuble-Las Minas, o el embalse Punilla. Apostamos a que el Ejecutivo nos cambie, porque así habrá también un mayor equilibrio en la distribución de comunas”, sostuvo Chandía, quien recordó que el Concejo Municipal envió oficios al Senado desde 2015 para intentar revertir esta situación, sin embargo el tema no fue abordado durante el primer trámite constitucional.