Arturo Merino: El creador de la aviación nacional

Arturo Merino Benítez es uno de los más notables hijos de esta tierra. No participó en batallas como otros grandes de la historia local, pero sentó las bases de la aeronáutica nacional con una tremenda lucidez y claridad de objetivos.

La historia de este célebre chillanejo comenzó a ser reconocida, cuenta el historiador Alejandro Witker, cuando el Presidente Salvador Allende propuso bautizar con su nombre el principal aeropuerto nacional.

Tras la caída del Gobierno de la UP, la idea fue retomada por el Régimen Militar, que la concretó el 19 de marzo de 1980. De esta manera se honra la memoria de quien es uno de los chilenos más notables del siglo pasado y cuya historia se perpetuará.

Witker señala que “fue el creador de la Línea Aérea Nacional(1928) y de la fuerza Aérea(1939); es más creó la primera fábrica de aviones en Los Cerrillos y piloteó el primer producto de esta audacia de la ingeniería nacional”.

Además, señala que fue el primer chileno que voló a San Pedro de Atacama, Palena Puerto Aysén y Punta Arenas, y el primero en hacerlo sin escalas de Santiago a Arica.

Para el prócer de la aviación nacional ésta debía ser “un poderoso instrumento no sólo para la defensa nacional, sino también para el desarrollo económico, social y cultural de la Nación”.

Estaba convencido que Chile debía ser conocido desde el aire, lo que hizo que creara los vuelos populares para que justamente la gente pudiera tener una nueva perspectiva del territorio.

Arturo Merino Benítez nació en Chillán, el 17 de mayo de 1888. Fue hijo de Pedro Merino Feliú y Clorinda Benítez Labbé, dos tradicionales familias curicanas.

Cursó sus primeros estudios en diversos liceos fiscales de la zona y en 1903, antes de cumplir los 15 años, ingresó a la Escuela Militar, de donde egresó en 1908 como subteniente.

Comenzó su carrera militar en el Regimiento de Artillería N°4, Miraflores, en Traiguén, ya que perteneció al Arma de Artillería del Ejército de Chile, siendo un reconocido buen jinete, a la vez que un eximio esgrimista. En 1913 ascendió al grado de capitán y en 1917 al de oficial de Estado Mayor. Un año antes había pasado a la rama de Aviación, que en aquel entonces no era independiente como hoy. En esa época contrajo matrimonio con Matilde Ossa.

Desempeñó los cargos de director de la Escuela de Aviación Militar en 1926, y director general de Aviación en 1928. Ese mismo año, Merino Benítez dio un paso importante en su anhelo de reorganizar la aviación civil: fundó el Club Aéreo de Chile, iniciativa que permitió masificar la disciplina.