Revisar la escasa información estadística de la Provincia de Ñuble permite hacerse una idea sobre el gran potencial de desarrollo que tiene la zona en el área agroalimentaria, en la forestal, en la industria, en el turismo y también en la energética, sin embargo, los datos sobre empleo, salarios y pobreza también revelan los grandes desafíos que hay por delante, y que son el resultado de la baja calificación de la mano de obra, de la fuerte migración de profesionales, de la precaria y poco diversificada estructura productiva basada en la explotación de materias primas y en la alta ruralidad.
En ese sentido, la futura institucionalidad regional tendrá que abordar no solo el diseño e implementación de una estrategia de desarrollo, sino que también la definición de políticas públicas que tengan como objetivos principales contribuir a la diversificación de la matriz productiva hacia sectores con mayor agregación de valor, la capacitación del capital humano y la retención de talentos, la atracción de inversiones en sectores con ventajas comparativas y el aprovechamiento del potencial productivo de la zona.
En el sector agropecuario, existe una gran oportunidad de aumentar la superficie de cultivos con riego, de la mano de la inversión en embalses, así como también de invertir en tecnificación, de manera de mejorar la productividad y posicionar a Ñuble como una potencia alimentaria con proyección internacional.
El sector forestal ya tiene un camino recorrido y debe apostar por la recuperación de suelos degradados y generar encadenamientos productivos y asociatividad.
La industria, con foco en el sector agroindustrial y forestal, cuenta con materia prima y una ubicación estratégica, pero aún con un bajo desarrollo. Es por ello que el acceso a energía más barata y la generación de incentivos puede ser clave para su crecimiento.
El sector energético, en tanto, ha visto en Ñuble una zona con un gran potencial, principalmente en la explotación de energías renovables no convencionales, lo que explica la ambiciosa cartera de inversiones, que solo es el comienzo de un largo proceso que no estará exento de conflictos sociales y ambientales, lo que obligará a la nueva región a contar con una adecuada planificación estratégica del territorio.
Finalmente, el turismo, que cuenta con un amplio espacio para crecer en los distintos destinos que ofrece la provincia, deberá trabajar de manera coordinada si su objetivo es aumentar el flujo de visitantes, poniendo énfasis en el mejoramiento de la calidad del servicio y en la sustentabilidad.