Los siete mayores desafíos de la fruticultura de Ñuble

 

Entre 2012-2016 la superficie frutícola de Ñuble se incrementó casi en un 40%, lo que reveló el fuerte impulso que viene mostrando este sector en la provincia.
Esa fue una de las principales razones por las cuales se desarrolló esta semana un inédito encuentro de productores frutícolas en Chillán, organizado por Fedefruta y ProChile, en alianza con la Asociación de Agricultores de Ñuble y la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.
Sin embargo, este crecimiento explosivo, de la mano de especies como arándanos, cerezas, frambuesas, kiwis, manzanas, nueces, avellano europeo, almendras y castañas, entre otras, enfrenta numerosos desafíos, para lo cual, sostienen productores y expertos, se requiere el trabajo conjunto del sector privado, la academia y el sector público.
La agregación de valor y el recurso humano, la reconversión y el recambio varietal, la investigación, innovación y las brechas tecnológicas, la inocuidad alimentaria, la prevención y combate de plagas y enfermedades, la eficiencia en el riego y la disponibilidad de agua, así como la integración vertical de los productores y la apertura de nuevos mercados, emergen como los mayores desafíos del sector frutícola local, que también tiene tareas pendientes en materia logística, y de legislación y políticas públicas.
Si bien se han dado pasos importantes, como la instalación de un sitio de inspección SAG/USDA en Cabrero, para la inspección de fruta fresca con destino a Estados Unidos, en materia logística advierten que es urgente mejorar la infraestructura vial.
De igual forma, el encarecimiento de la mano de obra exige invertir en la mecanización de procesos, pero también en la capacitación. Y un desafío no menor en esta materia es generar una legislación que responda a las particularidades del trabajo en el campo, agregan los productores.

Agregación de valor y recurso humano

Los altos retornos que generan las exportaciones de fruta fresca y el bajo nivel de profesionalización han sido factores clave en el lento desarrollo de productos procesados, que demandan la agregación de valor.
Más allá de los congelados y del vino, existe una amplia gama de productos que se elaboran en menor escala en la zona y cuyo desarrollo permitiría dar un salto hacia la configuración de una región agroindustrial.
Sin embargo, el escenario actual revela que buena parte de la materia prima que se produce en Ñuble es transformada en otras regiones o países.
Por ello, la agregación de valor se presenta como uno de los principales desafíos, donde agencias del Estado, como Corfo, han fomentado su desarrollo, sin embargo, existe coincidencia en que ello se logrará también en la medida que exista capital humano calificado.

Renovación varietal y reconversión

La reconversión de cultivos tradicionales a frutales ha sido un proceso vertiginoso en Ñuble, de la mano de la introducción de especies con alta rentabilidad, como los arándanos, los cerezos y los frutos secos, entre otros, donde factores como la disponibilidad de suelo a precios competitivos y el cambio climático han sido determinantes.
En ese contexto, surge también la oportunidad de reemplazar especies menos rentables por aquellas que ofrecen mejores retornos históricos, pero además, está el desafío del recambio varietal, que apunta a superar problemas como la competencia de otros mercados, satisfacer los gustos de los consumidores en materia de calibre, color, sabor y turgencia, y asegurar la calidad poscosecha de la fruta, privilegiando variedades resistentes al estrés hídrico y climático, a enfermedades y de larga vida.

Investigación, innovación y brechas tecnológicas

La investigación tiene un rol clave para mejorar la competitividad del rubro, una tarea en la que el sector privado tiene una deuda pendiente y donde instituciones como el INIA y las universidades de Concepción y del Bío-Bío han hecho aportes relevantes, como el desarrollo de nuevas variedades que se adapten a las condiciones locales, de sistemas eficientes de riego, de desarrollo agroindustrial, inocuidad y de prevención y combate de plagas y enfermedades.
En materia de innovación, si bien existen herramientas de fomento que han permitido avanzar en la agregación de valor a la producción, así como en la logística y el manejo de los cultivos, falta mejorar la comunicación entre la academia y el sector productivo.
También hay brechas tecnológicas que afectan principalmente a los medianos y pequeños productores, en áreas como mecanización de cosecha, protección de cultivos, riego y meteorología.

Inocuidad alimentaria es clave para los mercados

Mercados que son cada vez más exigentes en materia de calidad e inocuidad de los alimentos obligan a redoblar los esfuerzos en áreas como la trazabilidad y el cumplimiento de normas fitosanitarias, que cambian según el país, por ejemplo, en cuanto a presencia de plaguicidas, micotoxinas, metales pesados, residuos y contaminantes en general.
Existe una gran dispersión de normativas y de instituciones encargadas de su elaboración y fiscalización, como el Ministerio de Salud, el SAG o Achipia.
En el reciente encuentro realizado en Chillán, la Fundación Chile y Chilealimentos presentaron una plataforma web que ofrece de manera sistematizada las exigencias fitosanitarias de los 24 principales mercados del país.
Chile ha ganado un prestigio a nivel internacional en esta materia, lo que le ha permitido abrir y mantener mercados, sin embargo, hay tareas pendientes, como cuidar la producción primaria, regular el uso de agroquímicos, sistemas de vigilancia de riesgos químicos y biológicos y continuar con el control permanente de los patógenos considerados más graves como Salmonella, E. Coli, Listeria y Campylobacter.

Eficiencia en el riego y disponibilidad de agua

El cambio climático y la escasez hídrica de los últimos siete años ha obligado a volcar la mirada en la necesidad de aumentar la eficiencia en el uso del recurso y en generar las obras de almacenamiento de agua para elevar la seguridad de riego.
De esta forma, miles de productores de Ñuble han invertido en tecnificación de riego, muchos de ellos gracias a los subsidios de la ley de fomento al riego y a la ayuda de instituciones como la Comisión Nacional de Riego e Indap.
Según el Catastro Frutícola de Ciren, en 2016 un 63% de los huertos de frutales contaba con sistemas por goteo, un 20% tenía surco y un 15% microaspersión.
Asimismo, algunos predios cuentan con tranques propios, mientras que ya fue adjudicada la construcción del embalse La Punilla, que beneficiará a más de 5 mil regantes. Además, se trabaja en la actualización de los estudios del embalse Zapallar y se está a la espera de la priorización del Chillán.

Exportación y diversificación de mercados

Cada día existe mayor interés de los productores por participar en la cadena de comercialización y exportar directamente, prescindiendo de las empresas exportadoras, como una forma de reducir costos y aprovechar los beneficios de negociar directamente con los recibidores en el extranjero.
Sin embargo, los expertos coinciden en que no es una tarea sencilla, que requiere de ciertas habilidades de gestión y de conocer el mercado al cual se quiere exportar.
ProChile cuenta con oficinas comerciales en más de 50 países y con instrumentos de apoyo enfocados principalmente en empresarios medianos y pequeños, que los ayudan a promocionar sus productos y a generar encuentros con importadores.
Además, la Direcon trabaja en el mejoramiento de los acuerdos comerciales firmados por Chile, así como en la negociación de nuevos tratados, con el objetivo de abrir nuevos mercados para los alimentos elaborados en Chile.
La alta dependencia de algunos mercados, como Estados Unidos para los arándanos, o China para las cerezas, obligan a buscar otros nuevos, principalmente en Asia, una política que ya está dando sus frutos.

Prevención y combate de plagas y enfermedades

El grave impacto causado por la Lobesia botrana o polilla del racimo de la vid a las exportaciones de arándanos, debido a las restricciones impuestas por Estados Unidos a la fruta proveniente de esta y otras regiones, ha sido altísimo. En este ámbito, el SAG ha desplegado millonarios recursos en el control de la plaga.
Pero la Lobesia es solo una de las numerosas plagas y enfermedades que amenazan los cultivos frutales de Ñuble, como la bacteriosis del kiwi (PSA), la chinche pintada, el chinche apestoso, el burrito de la vid, la enfermedad de Sharka, el cabrito de los frutales, entre muchos otros insectos, hongos y gusanos, algunos de cuales pueden ser prevenidos o combatidos con plaguicidas o con controladores biológicos, pero también exigen del cumplimiento de rigurosas exigencias en las prácticas agrícolas y en toda la cadena de transporte.
También se anticipa la llegada de la mosca de alas manchadas (Drosophila suzukii) a Chile, que ataca a los berries, generando graves pérdidas, y que ya se encuentra en provincias limítrofes de Argentina.