El hijo pródigo de San Fabián de Alico que derramó en el mundo un nuevo lenguaje

Es 5 de septiembre de 1914 y todo parece como el día anterior. El viento puelche, que viene desde Argentina, predomina, y mece los robles y coigües de los cerros que encajonan la cuna de uno que sería grande, y que nació en plena cordillera.

A pocos metros de un polvoriento camino, que hoy sigue igual, Nicanor Parra Parra y Clarisa Sandoval Navarrete esperan la llegada de Nicanor Parra Sandoval. El primero de una especie irrepetible y el dueño de una pluma imposible de predecir. Aunque aún permanece un manto de misterio sobre el mágico origen de este clan transmutador, lo cierto es que el propio poeta ha asumido que su primer asomo de genialidad, en estos cien años, ocurrió en la comuna ñublensina, y que tras cumplir cinco años, debió despedirse de los senderos que lo vieron nacer.

Su corto peregrinaje por San Fabián de Alico hizo que los relatos de su presencia se fueran diluyendo entre quienes fueron dejando de existir. Hoy son más las interrogantes de los propios vecinos que las certezas, aunque ese apellido está siempre presente. Eso sí, hay quienes se han encargado de hilar cada pedazo de historia. Esa que dice que nació en el sector Las Guardias, no exento de complicaciones.

“Efectivamente, él nació en San Fabián de Alico y vivió un parto que fue complicado. Ante esa situación, las parteras de la época recomendaron que si nacía otro hijo, tomara las precauciones necesarias, porque a lo mejor podría tener complicaciones la mamá de Nicanor Parra”, cuenta la profesora e investigadora Elsa Hormazábal. De hecho, revela que “posteriormente se embarazó la mamá con Violeta, y cuenta la gente del sector y familiares, que la llevaron a San Carlos los últimos días y que allá un director de escuela les había cedido una casa donde estuviera esta familia. Por eso aparece inscrita y registrada en San Carlos. Fue para no arriesgar la salud de la madre ni perder la niña luego de la experiencia con Nicanor”.

De aquel pequeño Parra no es mucho lo que se conoce en San Fabián. “Es muy poco lo que se sabe de Nicanor en sus primeros años. De partida, porque la escuela antigua de San Fabián se quemó. Documentos, firmas de profesores, se perdieron ahí. Pero el padre de Nicanor Parra trabajó en la Escuela 10. Luego se fue porque no era profesor titular, tiene que haber llegado haciendo un reemplazo. Sus hijos se movían para donde iba el papá. Estudió en otros colegios, hasta que llegó al Liceo de Hombres de Chillán”, relata Hormazábal. Eso si, resalta que llegaron a la conclusión “de que efectivamente Nicanor Parra había nacido en la comuna, en el sector de Las Guardias, porque ahí se le había cedido un terreno y una casita a su padre cuando fue profesor acá en la comuna”.

Es en ese punto geográfico donde hoy aparece un rústico letrero que reza “Las Guardias, Cuna de Nicanor Parra”. Aunque el espacio convive con la soledad, aquel cartel es la firma de la llegada del hermano de Violeta al mundo.

El regreso al nido
El antipoeta nunca puso en duda su procedencia. Aunque ahora reside en Las Cruces, Quinta Región, y más que cordillera su vista apunta al Océano Pacífico, sus palabras siempre afirmaron que en Ñuble partió todo. Y así lo reafirmó la única vez que regresó a San Fabián de Alico como una figura de la literatura. “El primer contacto que tuve con don Nicanor Parra fue el año 1996, a mediados de año. Luego de conseguir telefónicamente una audiencia, concurrimos a su domicilio. Fuimos a su casa en La Reina, Santiago”, afirma el alcalde en ese entonces, Iván Contreras.

Su visita al hogar del escritor la recuerda con detalle. “La entrevista estaba pactada a las 11.30 horas, pero nos demoramos más de lo que consideramos. Por Rancagua nos dimos cuenta que no íbamos a estar a esa hora en su casa. Lo llamé y le señalé si era posible que nos viéramos a las 14.30. Dijo ‘no, a esa hora duermo la siesta. Lo espero a las cinco’”. Al llegar a la cita reagendada, cada rincón hablaba por si solo. Todo el frente de su casa era una reja, pero de puros catres viejos unidos. También tenía un amplio ‘porshe’ y no había un timbre, pero sí una campana”, recuerda.

El poeta los recibió con gentileza, algo que cada visitante reconoce en él. Compartió sus libros, mostró algunas arpilleras de su hermana Violeta y se estableció la visita a San Fabián de Alico para el aniversario del pueblo.
“Llegaban el día 5 de diciembre a la Plaza de Armas de San Carlos. Efectivamente tipo seis de la tarde llegó”, narra Contreras.

En ese entonces Parra tenía 83 años. En su visita conversó con los medios locales, liderados por LA DISCUSIÓN. Visitó la Laguna Parque Quirel en San Carlos junto a Colombina y su nieto Cristóbal “Tololo” Ugarte, y conversó con los pequeños sancarlinos. “Nicanor conversó con muchos jóvenes en la Plaza de Armas. Él quería tener contacto directo con los jóvenes, sin mayores esquemas”, cuenta el ex edil.

Aunque su primera noche alojó en el Hotel Portal Itihue de San Carlos, pronto se impregnó de la atmósfera de San Fabián, al viajar a su cuna, y hospedarse en la Residencial Sara. Así también, se fotografió en Las Guardias y recorrió dicho sector, donde había comenzado todo.

De buen humor
El último día de su visita a la comuna las ceremonias abundaron y fue reconocido como Hijo Ilustre por la Municipalidad de San Fabián de Alico. Las palabras del antipoeta ese 8 de diciembre no escaparon a su sello irónico y rupturista. “He dicho. Lo repito con todas sus letras. Acepto de muy buen humor el epíteto de Hijo Ilustre de este paraíso recuperado, a condición de que por Hijo Ilustre se quiera decir Hijo Pródigo. Gracias señor alcalde de la Municipalidad de San Fabián. Es un honor muy grande para mí. Procuraré no defraudar a nadie. + Gracias”, fue su discurso.

Así también firmó un mural hecho por alumnos del Liceo Jorge Alessandri Rodríguez, que lamentablemente fue tapado para otros fines.

Nexo presente
La actual alcaldesa de San Fabián de Alico, Lorena Jardúa, ha mantenido el nexo con el poeta y suma dos visitas a su actual residencia en Las Cruces. “Se acordaba de la escuela donde su papá había trabajado. Él llegó acá por eso y circunstancialmente Nicanor Parra nació acá. Él recordaba más o menos como era la escuela, como era su casa. Decía que era de madera. Pero era muy pequeño”, cuenta.

Entre la música de sus hermanos, la sencillez estuvo presente en aquella visita. “Yo le dije que representaba setenta años y él me dijo ‘¿por qué tanto?’”, afirma.

Y aunque una nueva visita es una utopía, el centenario ñublensino no se olvida de sus raíces. “Él quiere venir a San Fabián, pero es una locura traerlo porque su edad no se lo va a permitir. Pero él feliz vendría, claro que con la condición de que yo corte todos los plátanos orientales que hay en la comuna, porque dice que le dan alergia”, recuerda sobre ese diálogo la alcaldesa.